La tecnología de craqueo del amoníaco lo convierte en hidrógeno y nitrógeno gaseoso. El amoníaco es una materia prima química de bajo coste. Tiene las ventajas de su alta densidad energética, fácil compresión y licuefacción, cómodo almacenamiento y transporte, y no produce CO2 al quemarse. Por lo tanto, la idea de utilizar amoníaco como portador de transporte de hidrógeno ha recibido una amplia atención. Además, las altas densidades de almacenamiento volumétrico y de masa del amoníaco lo convierten en un prometedor vector de transporte de hidrógeno.
Además, el gas nitrógeno producido a través del craqueo catalítico del amoníaco es un excelente gas protector y puede aplicarse ampliamente en las industrias de semiconductores y metalúrgica.
PLANTA DE CRAQUEO DE AMONÍACO DE 100NM3/H | |
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Capacidad | 100 Nm3/h |
Temperatura de agrietamiento | ~600℃ |
Potencia | 1,5 kWh/Nm3 H2 |
Consumo de amoníaco (kg/h NH3) | 76 kg/h |
Producción de gas de formación (Nm3/h N2;H2) | 200 Nm3/h |
Producción de hidrógeno (kg/h H2) | 8,93 kg/h |
Tasa de conversión | ≥99.7% |
Flexibilidad operativa | 30%~100% |
PLANTA DE CRAQUEO DE AMONÍACO DE 100NM3/H | |
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Capacidad | 150 Nm3/h |
Temperatura de agrietamiento | ~600℃ |
Potencia | 1,5 kWh/Nm3 H2 |
Consumo de amoníaco (kg/h NH3) | 114 kg/h |
Producción de gas de formación (Nm3/h N2;H2) | 300 Nm3/h |
Producción de hidrógeno (kg/h H2) | 13,39 kg/h |
Tasa de conversión | ≥99.7% |
Flexibilidad operativa | 30%~100% |
La unidad de craqueo de amoníaco Foreign trade company puede satisfacer las necesidades de los clientes con un excelente rendimiento, flexibilidad y economía en condiciones de baja temperatura.
El hidrógeno verde es respetuoso con el medio ambiente. Las naciones dedicadas al desarrollo de la industria del hidrógeno representan 75% de la producción económica mundial. Sin embargo, debido al equilibrio no resuelto entre la densidad de almacenamiento del hidrógeno, la seguridad y los costes de almacenamiento, la industria del hidrógeno aún no ha formado una verdadera cadena de suministro mundial y no ha desempeñado un papel sustancial en el impulso del desarrollo económico mundial ni en la lucha contra el cambio climático.
El craqueo de amoníaco puede ayudar a resolver múltiples retos en el almacenamiento y transporte de hidrógeno, reduciendo costes y facilitando la formación de una cadena de suministro global, allanando el camino hacia un futuro realmente libre de carbono
El craqueo del amoníaco se emplea principalmente para la producción de hidrógeno. El hidrógeno es un portador de energía versátil y se utiliza ampliamente en procesos industriales, como las reacciones de hidrogenación, la síntesis de amoníaco y las pilas de combustible para la generación de electricidad.
El hidrógeno generado a partir del craqueo del amoníaco puede utilizarse en diversos procesos de síntesis química, incluida la producción del propio amoníaco. Sirve como materia prima clave en la síntesis de diversos productos químicos como metanol, fertilizantes y otros compuestos industriales.
El amoníaco se produce en grandes cantidades desde hace mucho tiempo, principalmente para la producción de fertilizantes, lo que ha propiciado el desarrollo de amplias infraestructuras de almacenamiento y transporte, reduciendo así los costes de almacenamiento y transporte.
El craqueo del amoníaco es un proceso que convierte el amoníaco a gran escala en hidrógeno gaseoso. Aunque el hidrógeno verde es una fuente de energía limpia abundante y versátil, sus propiedades, como la alta volatilidad y la baja densidad, hacen que su transporte sea difícil y costoso. Un método económicamente viable consiste en convertir el hidrógeno gaseoso en amoníaco (NH3) para su transporte, con posterior liberación cuando sea necesario. Este proceso de liberación puede lograrse mediante el craqueo (descomposición) del amoníaco para producir hidrógeno.
Una tecnología eficiente de craqueo del amoníaco es esencial para lograr la descarbonización mundial. Al colmar las lagunas en la cadena de producción, la energía limpia puede transportarse de regiones con un excedente de energías renovables a zonas con recursos limitados, lo que facilita la consecución de los objetivos mundiales de transición hacia una energía verde.
En la actualidad, la producción de hidrógeno verde sigue enfrentándose a retos como los elevados costes de producción, la falta de infraestructuras específicas y las importantes pérdidas de energía durante el proceso de producción. Entre ellos, el coste de la electricidad en el proceso de producción de hidrógeno electrolítico representa entre 75% y 85% del coste total, y el precio de la electricidad determina directamente la viabilidad económica del hidrógeno verde.